“50 sombras de Grey”. Tú escuchas hablar de esto en los salones de estética mientras te arreglan el cabello, en la oficina durante la hora de comida, y sobre todo en las redes sociales. Al menos que estés escondida bajo una piedra, seguramente has escuchado de esta trilogía escrita por E.L. James considerada como “mommy porn” (pornografía para mamá).
Número uno en la lista de New York Times Bestseller, a pesar de que ha sido eliminado por librerías en 3 diferentes estados, las mujeres lo están leyendo en sus horas de comida, antes de dormir cuando los nenes ya están en cama, o en el baño antes de tomarse una ducha. Nota: el libro ha sido principalmente vendido como descarga discreta de e-book. Me pregunto: ¿Por qué? Porque a pesar de la pésima moral del ser humano, aún da algo de vergüenza. No es un libro que queremos que nuestros hijos nos encuentren leyéndolo, no es un libro que alzamos públicamente para que todos vean lo que estamos leyendo. Es un libro que para muchas mujeres causa pena.
Pero, ¿acaso causa la suficiente vergüenza como para dejar de leerlo? ¿acaso causará suficiente vergüenza como para no ir a ver la película que muchas ansiosamente esperan su estreno? La respuesta, lamentablemente, es NO. Resuelven el problema de la vergüenza principalmente de 2 maneras: hablando del tema con otras mujeres pretendiendo que es algo normal leer libros eróticos para aplacar la conciencia; o simplemente participan de ello en secreto.
La realidad es que la histeria que este libro ha causado y del cual próximamente saldrá la película, comenzara a impactar los matrimonios cristianos y por ende, a la iglesia. Pronto sabremos de niñas adolescentes leyendo la copia de mamá a escondidas. Las descargas en el internet de pornografía aumentarán. Muchos hombres cristianos no harán nada porque tomarán ventaja de la seguridad sexual que su esposa repentinamente habrá obtenido. Pero pronto ellos se darán cuenta que la pornografía, sea cual sea la manera como sea presentada, no mejora sino afecta las relaciones sexuales en los matrimonios.
Las mujeres comenzarán a creer que la relación sexual con su esposo incluye cuerdas, látigos y dominación. Creerán que un poco de fantasía no puede lastimar a nadie. Muchas creerán que 50 Sombras de Grey ha salvado su matrimonio porque “finalmente quiero volver a tener sexo”. Lo que no sabemos es que las imágenes que se forman en la mente al leer este libro, tarde o temprano te causarán insatisfacción y egoísmo carnal. Una satisfacción que tu esposo jamás podrá cumplir.
Pero, ¿por qué mujeres cristianas, ya sean casadas o solteras, deben abstenerse de este tipo de literatura, si así se le puede llamar? Porque es inmoralidad sexual y si eres seguidora de Cristo, sería imposible leer estos libros con conciencia tranquila. La Escritura es clara y específica en cuanto al pecado sexual (Mt. 5:28; Mr. 7:21-23; Ga. 5:19; Ef. 4:19; 1Pd. 4:1-3). Los mandamientos de Dios son muy claros y debemos entender que Dios no los dio para destruir el gozo humano, sino para darle florecimiento.
La sexualidad fue creada por Dios para que a través de ella, el hombre y la mujer glorifiquen a Dios. Fue creada con la intención de ser practicada íntimamente entre un hombre y una mujer unidos en matrimonio. Y como la sexualidad fue creada por Dios, tiene un valor excepcional. Pero este tipo de libros y películas por el estilo tratan la sexualidad como si no valiera gran cosa.
Mujeres, esclavas de Jesucristo, sometamos todos los deseos de la carne al señorío de nuestro Amo: Jesucristo. No entristezcamos al Espíritu Santo de nuestro Señor Jesucristo, sino agradémosle con toda nuestra manera de vivir.
Romanos
13:13-14 “Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras,
no en lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia, sino vestíos del Señor
Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne.”
Fabiola Calderon
Mujeres de Gracia, Iglesia Visión de Gracia.