LA INMINENTE COSECHA, Por Pastor Mario DiazCeballos

Por lo general los siervos de Dios, nos preocupamos por el trabajo que el Señor nos mandó hacer. Nos preocupamos de plantar, regar y cosechar. Pero creo que nuestra mayor preocupación es la de cosechar porque queremos ver el fruto numérico de nuestro trabajo como prueba de que estamos haciendo bien las cosas en el ministerio. Creemos que para que el Señor un día nos reciba con Sus palabras: “Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor” (Mateo 25:23), Tenemos que ver multiplicación de números en las listas de miembros o en las sillas del templo. Como consecuencia de esto nos afanamos en buscar la última estrategia o modelo de iglecrecimiento. Buscamos contextualizar el evangelio, que nuestro mensaje suene relevante para la audiencia posmoderna. O buscamos el “nuevo” mover, la nueva ola del Espíritu, lo que está de moda, la “unción” fresca. Y cuando encontramos algo que creemos que contiene la clave para el éxito, invertimos nuestro tiempo y dinero comprando libros, material de estudio, en viajes para visitar los lugares de avivamiento. Todo esto lo hacemos para ver si nosotros también recibimos un toque del favor de Dios, y así poder sentir, ver  y decir que tenemos éxito en nuestros ministerios.

 

Reflexionando en las causas de la preocupación por el éxito ministerial, que nos afecta a la gran mayoría de los pastores que creemos que tener éxito es tener una abundante cosecha de almas, encuentro cuando menos cinco causas de mi preocupación, y son:

 

1-   El pecado que está en mí que hace que quiera demostrar que soy inteligente, capaz, mejor que mis compañeros de milicia y que Dios realmente me necesita porque sin mí no puede lograr la salvación del mundo. En lugar de glorificar a Dios, quiero ser glorificado por lo especial y brillante que soy en el ministerio. Quiero ser reconocido por todos como un pastor con éxito.

2-   La necesidad natural puesta por Dios para hacer cosas que le den gloria a Él. Esto es porque soy su imagen y semejanza. Él me ha llamado y me ha dado talento y dones para hacer el trabajo, Él me ha hecho para glorificarlo (Isaías 43:6-7). Pero encuentro que no puedo hacer bien las cosas para Dios porque el pensar y desear el éxito me entrona a mí y no a Dios.

3-   La presión que tenemos de nuestros supervisores, denominación, compañeros de ministerio y de la iglesia misma de mostrar números como prueba del éxito ministerial.

4-   La presión que tenemos de la cristiandad a  la que se debe el éxito popular de los “ungidos” del Señor y que presiona a los pastores a copiar modelos, estrategias, estilos ungidos y aun enseñanzas que están lejos de ser bíblicas.

5-   El deseo de obedecer, el amor por los perdidos y el amor a Dios.

 

De estas cinco causas encuentro que solamente dos son de valor y dignas de preocupación. La primera de estas dos es que soy hecho por Dios a su imagen y semejanza; hecho para imaginar, crear, inventar. (Como prueba tenemos el mundo moderno con todos sus avances). Esto está en mí y tengo que descubrirlo, desarrollarlo. Como seres humanos tenemos un tremendo potencial. Pero aun más como hijo de Dios también tengo el llamado de Dios para servirle, tengo talentos y dones para el ministerio; así que puedo lograr éxito, éxito que satisface en el Señor siempre y cuando el centro sea Dios. Encuentro algo interesante, y es que a pesar de que esto es un regalo de Dios. el Señor nos llama a considerar nuestras habilidades y logros como basura, nos llama a morir a nosotros mismos. Así que esto es algo bueno pero no podemos gloriarnos de lo que tenemos y somos; creo que esto es porque seguimos teniendo la vieja naturaleza que en cualquier momento toma control y el éxito se sube a la cabeza y la gloria ya no más es para Dios.

 

La segunda causa creo que es más importante y digna de mayor atención. Pero irónicamente es la que menos tiempo toma en encausar mi labor ministerial. Estoy tan preocupado al igual que la mayoría de los pastores por encontrar una fórmula para el éxito, para desarrollar mi potencial que no presto atención a la única causa bíblica de la preocupación por la cosecha de almas, que es: Obediencia a Dios, Amor por los perdidos y Amor a Dios. El pastor Mark Dever en su libro “The Gospel & Personal Evangelism” (El Evangelio y El Evangelismo Personal) pregunta por qué debemos evangelizar. Y responde, por Obediencia, Amor por los perdidos y Amor a Dios.

 

Esto lo he sabido por mucho tiempo, sin embargo, estoy tan contaminado del secularismo del iglecrecimiento que no me deja ver las proposiciones de la palabra de Dios que son absolutas y verdaderas. Sus Leyes, mandamientos, promesas, declaraciones son de Dios y dadas por Dios a mí como Su hijo para que las crea, las confiese, las obedezca, las declare.


"Estoy tan contaminado del secularismo del iglecrecimiento que no me deja ver las

proposiciones de la palabra de Dios que son absolutas y verdaderas"


 

Dios quiere que obedezca por amor a Él  y evangelice por amor a las almas perdidas. Estoy llamado a plantar, regar y a cosechar almas para hacerlos discípulos de Él, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que Él nos ha mandado (Mateo 28:19-20). 

 

Creo firmemente que es bíblico hablar de cosecha de almas y de preocuparme por tener una abundante cosecha de almas; esto es consistente con el deseo de Dios. El Señor no quiere que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento (II Pedro 3:9). Él es clemente y misericordioso, lento para la ira y grande en misericordia. Bueno es el Señor para con todos (Salmo 145:8-9). Él quiere que todos miren a Él y sean salvos, todos los términos de la tierra (Isaías 45:22).

 

Pero mi gozo es completo al saber que el Señor Jesús quiere que levante cosecha de almas. En Juan 17:20 encuentro estas palabras del Señor Jesús que me enseñan de la inminente cosecha en mi ministerio: “Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos.” ¡Gloria a Dios! Qué palabra tan más hermosa para todos aquellos que estamos preocupados de hacer bien nuestro trabajo para el Señor. Esta es la oración de nuestro Sumo Sacerdote, el Señor Jesús. ¡Nuestro Sumo Sacerdote! El perfecto, sin mancha, santo Hijo de Dios. El Sumo Sacerdote que hace las oraciones correctas, que están de acuerdo a la voluntad de Dios. Y si la oración está de acuerdo a la voluntad de Dios tenemos la seguridad de que son contestadas sí, porque en el Hijo todas las promesas son Amén (II Cor. 1:20). El Señor Jesús nos dice que todo lo que pidiéramos en Su nombre Él lo haría, para que el Padre fuese glorificado en el Hijo. Así que tenemos la seguridad de que Dios Padre contesta la oración de Dios Hijo si Él le da la promesa, “Pídeme, y te daré por herencia las naciones, Y como posesión tuya los confines de la Tierra” (Salmo 2:8).

 

En la oración el Señor Jesús le ruega al Padre por cada uno de los discípulos (nosotros) y pide por todos los que han de creer por los siglos hasta que Él regrese a establecer Su reino. Esto nos indica la cosecha inminente de cada congregación del Señor Jesús por los siglos hasta que Él regrese. Podemos estar seguros que nuestro ministerio levantó, levanta y levantara una cosecha de almas porque esta es la petición del Hijo al Padre.


"Podemos estar seguros que nuestro ministerio... levantara una cosecha de almas

porque esta es la petición del Hijo al Padre"

 

 

Pero lo más importante es entender que la cosecha inminente se materializa cuando nosotros somos obedientes a Dios y a Su palabra. Toda la cosecha potencial que tenemos para formar nuestra congregación, se materializa cuando obedecemos a la palabra de Dios y no a fuentes humanas de filosofías posmodernistas, modelos de iglecrecimiento, etc. Todo está bajo la mano de Dios. Él es el creador, Él es quien nos bendice, Él es quien nos escogió, Él es quien nos predestinó, Él es quien nos adoptó (Efesios 1:3-5).  El Señor Jesús pide por todos los que han de creer en Él y todos los que han de creer en Él lo pueden hacer por causa de la palabra de los discípulos del Señor. Jesús ora, “te ruego por los que han de creer en mí por la palabra de ellos”.

 

 La cosecha se materializa cuando predico la palabra de Dios. Es maravilloso ver cómo Dios muestra Su soberanía haciéndonos partícipes de la obra de redención llamándonos a ser heraldos de Él para proclamar Su Evangelio. Jesús pide por todos éstos que han de creer, todos éstos que potencialmente son de Cristo, todos éstos que potencialmente van a llenar las bancas de nuestro templo, todos éstos que van a invocar el nombre del Señor y serán salvos. Pero, ¿cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas! (Romanos 10:14-15).


"Dios muestra Su soberania haciéndonos participes de la obra de redención

llamándonos a ser heraldos de Él para proclamar Su Evangelio"


 

Es la predicación de la palabra lo que nos asegura el éxito. Lo que más queremos es lo que Dios más quiere y es salvar a los pecadores y darles entrada en su reino. El éxito no es llenar las bancas de la iglesia, que esto con trucos, shows humanos lo podemos hacer. El éxito es llenar el reino de Dios con hombres y mujeres que entienden el evangelio del Señor, se arrepienten de sus pecados, piden perdón y ponen su fe en el Señor Jesucristo como único Señor y Salvador de sus vidas.


"Es la predicación de la palabra lo que nos asegura el éxito"


 

¡Oh Señor! Cuán hermosa es tu palabra que me infunde aliento y me llena de esperanza. Tu Iglesia está siendo formada cada vez que tus hijos te obedecen por amor a ti y evangelizan por amor a las almas perdidas. Las almas vienen al reino cada vez que tu palabra es fielmente enseñada. Señor ayúdame a ser fiel a tu Palabra, a no avergonzarme de tu evangelio diluyéndolo al procurar ser relevante y en el proceso perdiendo el poder de Dios para salvación. ¡No! Señor, el Evangelio puro es relevante hoy día y es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego (Romanos 1:16) Amén.

 

 

 

Una Vida Con Propósito según John MacArthur y Todd Friel

John MacArthur y Todd Friel hacen una breve crítica del libro de Rick Warren "Una Vida Con Propósito". Hablan sobre el evangelio superficial que presenta, su uso incorrecto de las Escrituras y del deber que tenemos como cristianos de comparar este libro, o cualquier otro, con lo que realmente enseña la Biblia.

 

Publicado por corazondecarne.blogspot.com

EL CASI CRISTIANO, Por Juan Wesley - Segunda Parte

Este es el tiempo creo yo, que Dios nos llama a volver a la senda antigua para aprender e imitar a los “grandes” hombres de la fe y predicadores del Evangelio. Este mensaje de John Wesley lo he divido en dos partes, con el propósito de facilitar el análisis y meditación y así escuchar atentamente la voz del Espíritu Santo: Siguiendo con el mensaje pasado aquí está la segunda y última parte de este poderoso mensaje de John Wesley.

 

Este mensaje lo predicó John Wesley en 1741, sin embargo, sigue siendo un mensaje relevante en la actualidad.

 

La traducción del mensaje es libre para facilitar la lectura y comprensión del mensaje.

LA PRINCIPAL CARACTERISTICA  DEL VERDADERO CRISTIANO: El AMOR

 

II. A la pregunta, ¿Qué más está implicado en ser un cristiano completo? Contestare:

 

(I). 1. En primero lugar, el amor a Dios. Porque así dice Su palabra: "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente, y con todas tus fuerzas." Ese amor que llena el corazón entero, que toma posesión de todos los afectos, que llena la capacidad entera del alma, y usa todas sus facultades. El espíritu de aquél que ama al Señor de esta manera, se deleita continuamente en su Salvador, el Señor es su todo, y todos sus deseos son hacia Dios, y su corazón clama todo el tiempo: "¿A quién tengo en el cielo sino a ti? y no deseo nada en la tierra aparte de ti. No puede desear otra cosa, porque "él es crucificado para el mundo, y el mundo para él." Y se considera a sí mismo menos que nada.

 

(II). 2. En segundo lugar, otra de las señales que está implicado en ser un cristiano completo, es el amor al prójimo, pues el Señor a dicho: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Si alguien pregunta ¿Quién es mi prójimo?, respondemos: Toda persona en el mundo. Ni podemos exceptuar a nuestros enemigos, o a los enemigos de Dios. Cada cristiano les ama a ellos también como a sí mismo, así, "como Cristo nos amó a nosotros".
 

El que quisiera comprender más completamente la clase de amor que es este, que medite sobre la descripción que Pablo hace sobre el amor. El amor de Dios es "sufrido y benigno". "No tiene envidia". "No es jactancioso". El que ama así, se hace a sí mismo el último y el esclavo de todos. El amor "no hace nada indebido", sino se hace "todo para todos". "No busca lo suyo", sino solamente el bien de los demás, para que sean salvos. "El amor no se irrita, no guarda rencor" sino que desecha la ira que solo existe en quien no ama. "No es malpensado. No se goza de la injusticia, sino se goza de la verdad. Cubre todo, cree todo, espera todo, soporta todo."

 

OTRA CARACTERISTICA INDISPENSABLE: LA FE

 

(III). 3. Algo más tenemos que considerar para ser verdaderamente cristiano, que pudiera considerarse por separado, aunque no es distinto de lo dicho; sino este es el fondo de todo: La Fe. Cosas muy excelentes se dicen de ella en la palabra de Dios. "Cada uno que cree que Jesús es el Cristo", dice el discípulo amado, "es nacido de Dios." - "A los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios."  Y "esta es la victoria que venció al mundo, nuestra fe." Sí, nuestro Señor mismo declara: "El que cree en el Hijo tiene vida eterna; y no viene en condenación, sino ha pasado de muerte a vida."

 

4. Pero que nadie engañe a su propio corazón y mente. Debemos notar que la fe que no produce arrepentimiento, amor y buenas obras, no es fe verdadera y viva, sino una fe muerta y diabólica. Pues aun los diablos creen que Cristo nació de una virgen; que El hizo toda clase de milagros; que El sufrió una muerte sumamente dolorosa por nosotros, para redimirnos de la muerte eterna; que El resucitó de los muertos al tercer día; que El ascendió al cielo y está sentado a la diestra del Padre; y que El regresará al fin del mundo para juzgar a los vivos y a los muertos. Todo esto lo creen firmemente los diablos, y todo lo que está escrito en el Antiguo y Nuevo Testamento. Pero con toda esta fe, ellos no son nada más que diablos. Ellos permanecen en su estado de condenación porque les falta la verdadera fe cristiana.

 

5. La verdadera y única fe cristiana es, no solo creer que las Sagradas Escrituras son verdaderas, sino tener también una plena seguridad y completa certeza de que Cristo nos ha salvado de la muerte eterna. Es una confianza firme de que Dios nos ha perdonado nuestros pecados solo por los méritos de Cristo, y que somos reconciliado al favor de Dios; lo que inspira amor en nuestros corazones, para obedecer Sus santos mandamientos.

 

6. Ahora, el que tiene esta fe, que purifica el corazón (por el poder de Dios que vive dentro) de orgullo, ira, deseos, de toda maldad, de toda inmundicia; Y que lo llena con un amor más poderoso que la misma muerte, hacia Dios y hacia toda la humanidad; un amor que lo lleva hacer las obras de Dios y se gloría en gastarse y ser gastado a favor de todos los hombres; y que soporta con gozo los reproches por causa de Cristo, la burla, el desprecio, el rechazado, y es odiado por todos los hombres, y aun más todo lo que Dios permita en Su sabiduría que la maldad de los hombres y de los diablos inflijan sobre él. El que tiene esta fe, y que trabaja impulsado por este amor, es no solo casi, sino completamente un cristiano.

 

7. ¿Quiénes pueden testificar de esto? Les imploro, hermanos, en la presencia de Dios ante quien el infierno y la destrucción están descubiertos, y mucho más los corazones de los hombres, que cada uno pregunte a su propio corazón: ¿Soy yo uno de ellos? ¿Soy recto, misericordioso y amante de la verdad, siquiera como los mejores paganos? ¿Tengo yo solamente la forma exterior de un cristiano? ¿Me abstengo de hacer lo malo, de todo lo que está prohibido en la palabra escrita de Dios? ¿Hago yo todo lo bueno que mis manos encuentran a hacer, y lo hago con todas mis fuerzas? ¿Utilizo seriamente todas las ordenanzas de Dios, en todas las oportunidades? ¿Y hago todo esto con un deseo sincero de agradar a Dios en todas las cosas?

 

8. ¿No hay muchos entre ustedes que están conscientes de que nunca llegaron hasta este punto; que ni siquiera son casi-cristianos; que ni siquiera alcanzan al estándar de la rectitud pagana, y mucho menos a la forma de piedad cristiana? y mucho menos que Dios haya encontrado sinceridad en ustedes. Ustedes nunca siquiera intentaron dedicar para la gloria de Dios todas sus palabras y obras, sus negocios, estudios, diversiones. Ustedes nunca siquiera deseaban hacer todo lo que hacen "en el nombre del Señor Jesús" para que sea "un sacrificio espiritual, aceptable a Dios por Cristo."

 

9. Pero, suponiendo que hiciste todo esto, ¿Será suficiente las buenas intenciones y los buenos deseos, para ser un verdadero cristiano? De ninguna manera, si las intenciones no se cumplen. Alguien dijo: "El camino al infierno está pavimentado con buenas intenciones." Entonces, permanece la pregunta más grande de todas. ¿Está tu corazón lleno del amor de Dios? ¿Puedes clamar con sinceridad: "¡Mi Dios y mi todo!"? ¿Deseas nada más que a El? ¿Te deleitas en Dios? ¿Es El tu gloria, tu delicia, tu corona de gozo? ¿Y está este mandamiento escrito en tu corazón: "El que ama a Dios, que ame también a su hermano"? ¿Amas a tu prójimo como a ti mismo? ¿Amas a cada persona, aun a tus enemigos, aun a los enemigos de Dios, como a tu propia alma? ¿como Cristo te amó a ti? ¿Y crees que Cristo te amó a ti, y se dio a sí mismo por ti? ¿Tienes fe en Su sangre? ¿Crees que el Cordero de Dios quitó tus pecados, y los echó a lo más profundo del mar? ¿que El borró la acusación que estaba en tu contra, la quitó y la clavó a la cruz? ¿Tienes realmente la redención por Su sangre, la remisión de tus pecados? ¿Y testifica Su Espíritu con tu espíritu, de que eres un hijo de Dios?

 

10. El Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que ahora está parado en medio nuestro, sabe, que si alguien muere sin esta fe y este amor, mejor le sería que nunca hubiera nacido. Despierta, pues, tu que duermes, e invoca a Dios; llámale ahora el día que puede ser encontrado. No le des reposo hasta que El haga "pasar Su bondad delante de ti", hasta que El proclame sobre ti el nombre del Señor, "El Señor, el Señor Dios, misericordioso y lleno de gracia, tardo para la ira, y grande en bondad y verdad, que guarda misericordia a millares, que perdona la iniquidad, la transgresión y el pecado."

No dejes que nadie te engañe, ni te detenga con palabras vanas, que te contentes con algo menos que este premio de tu llamado sublime. Pero clama de día y de noche a Aquel quien, "mientras nosotros éramos pecadores, a su tiempo murió por los impíos"; hasta que tú sepas en quien has creído, y puedas decir: "¡Señor Mío y Dios Mío!" Orando sin cesar y sin desmayar, hasta que tú puedas alzar tus manos al cielo y declarar al que vive por siempre: "Señor, tú sabes todo, tú sabes que yo te amo."

 

11. Quiera el Señor, ¡que todos nosotros podamos experimentar lo que es, ser no solamente casi cristianos, sino verdaderos y completos cristianos; estando justificados gratuitamente por Su gracia, por medio de la redención que es en Jesús; sabiendo que tenemos paz con Dios por Jesucristo; gozándonos en la esperanza de la gloria de Dios; y teniendo el amor de Dios derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado!

 

 

EL CASI CRISTIANO, Por John Wesley

Este es el tiempo creo yo, que Dios nos llama a volver a la senda antigua para aprender e imitar a los “grandes” hombres de la fe y predicadores del Evangelio. Este mensaje de John Wesley lo he divido en dos partes, con el propósito de facilitar el análisis y meditación y así escuchar atentamente la voz del Espíritu Santo: La Primera parte lo que es ser “casi cristiano” y la próxima semana la segunda y última parte del mensaje lo que “es ser cristiano”.

 

Este mensaje lo predicó John Wesley en 1741, sin embargo, sigue siendo un mensaje relevante en la actualidad.

 

La traducción del mensaje es libre para facilitar la lectura y comprensión del mensaje.

 

"Casi me persuades a ser cristiano." (Hechos 26:28)

 

Y hay muchos que llegan hasta este punto: Desde que el cristianismo está en el mundo, ha habido muchos en cada época y nación, que fueron casi convencidos a ser cristianos. Pero al ver que de nada vale ante la presencia de Dios, el llegar tan só­lo hasta este punto, es de la mayor importancia que conside­remos:

 

Primero, lo que significa ser casi cristiano.

Segundo, lo que es ser cristiano por completo.

 

CARACTERISTICAS DEL “CASI CRISTIANO”

 

1. (I) 1. El ser casi cristiano quiere decir: En primer lugar que hay una justicia pagana.

Aun los paganos comunes esperaban unos de otros cierta justicia, y muchos la practicaban. Ellos fueron enseñados que no debían ser injustos, que no quiten los bienes de sus prójimos, que no opriman a los pobres, que no usen extorsión contra nadie, que no engañen en los negocios, y en lo posible, no deber nada a nadie.

 

2. Más aún: la mayoría de los paganos comunes estimaban la verdad y la justicia. Por tanto, ellos abominaban al que jura en falso, al que invocaba a Dios como testigo por una mentira, y también abominaban al que calumniaba a su prójimo y al mentiroso.

 

3. Además, ellos esperaban cierto misericordia y ayuda mutua unos de los otros. Esto incluía alimentar a los hambrientos, vestir a los desnudos, y en general, dar a los necesitados las cosas que uno mismo no necesitaba. Hasta este punto llegaba la justicia pagana, justicia que también poseen los que casi son cristianos.

 

(II) 4. Una segunda cualidad del que casi es cristiano, es el tener una forma de piedad, de aquella piedad que se menciona en el evangelio de Cristo, el tener la apariencia exterior de un cristiano verdadero.

Por consiguiente, el casi cristiano no hace nada de lo que el evangelio prohíbe. No toma el nombre de Dios en vano, bendice y no maldice, no jura, sino su comunicación es sí, sí, no, no. El no profana el día del Señor. El evita todo adulterio, fornicación, impureza, y aun toda palabra o mirada que pueda tener esta tendencia. El se abstiene de toda palabra ociosa, toda malicia, y todo tipo de bromas necias - en breve, de toda cosa que entristece al Espíritu Santo.

 

5. El se abstiene del "vino en el cual hay disolución", de fiestas y de la glotonería. El evita, por cuanto dependa de él, todo conflicto y contención. Y si sufre alguna injusticia, voluntariamente no lastiman, ni afligen, ni oprimen a nadie. En todo lo que hace y dice, actúa según la regla: "Lo que no quieres que los demás te hagan a ti, tu no les hagas a ellos".

 

6. El se esfuerza para hacer el bien a muchos; no se limita a obras fáciles y que cuestan poco esfuerzo, sino trabaja y sufre en bien de muchos. Mientras tiene la oportunidad, hace toda clase de bien, para todos los hombres, tanto para sus almas como para sus cuerpos. El reprende a los malvados, instruye a los ignorantes, anima a los buenos, consuela a los afligidos, los que duermen espiritualmente procura despertar, y guía a los que Dios ya despertó al "Manantial abierto que limpia del pecado y de la impureza". Amonesta también a los que ya son salvos por la fe, a honrar en todo el Evangelio del Señor Jesús.

 

7. El que tiene esta forma de piedad, usa también los medios de la gracia, en todas las oportunidades. Con frecuencia asiste a la casa de Dios - y esto no con una actitud de vanidad o de indiferencia, sino con seriedad, mostrando santidad y poniendo atención a cada parte del servicio. Especialmente cuando se acerca a la mesa del Señor, no lo hace liviana o descuidadamente, sino lo  hace con una actitud que no dice nada más que: "Dios, ¡ten misericordia de mi, que soy pecador!"

 

8. A esto añadimos la practica constante de la oración en familia, y el hacer su  devocional en privado ante la presencia de Dios, observando una conducta correcta, tendremos una idea completa de aquellos que practica el cristianismo exteriormente y tienen forma de  piedad. Entonces, falta solo una cosa más para que esta persona sea casi un cristiano, esto es: la sinceridad.

 

LA SINCERIDAD

 

(III). 9. Sinceridad quiero decir, un verdadero principio interior del cristianismo, de donde fluyen estas acciones exteriores. Y si no tenemos esto, entonces no tenemos la justicia pagana – ni siquiera en la manera como lo demanda un poeta epicúreo. Aun este pobre perdido, en sus momentos sobrios, es capaz de testificar:

 

"Los hombres buenos evitan el pecado por amor a la virtud; Los hombres malos evitan el pecado por miedo al castigo."

 

De manera que, si alguien se abstiene de hacer lo malo, solo para evitar el castigo, el pagano ni siquiera lo toma por un buen hombre.

Entonces, si alguien no solo se abstiene de hacer lo malo, sino hace muchas obras buenas y usa todos los medios de la gracia, pero lo hace solo para no ser castigado, o para no perder a sus amigos o sus bienes o su reputación. De este hombre no podríamos decir que casi es un cristiano. Si no tiene mejores intenciones en su corazón, es solo un hipócrita.

 

10. Por tanto, la sinceridad tiene que estar presente necesariamente en un casi-cristiano; un verdadero deseo de servir a Dios y un deseo de hacer su voluntad. Es el principio que lo impulsa  al casi-cristiano a tener un deseo sincero de agradar a Dios en todas las cosas, en toda su conversación, en todas sus acciones y a usar los medios que Dios ha instituido.

 

11. Ahora probablemente alguien preguntará: "¿Será posible que alguien llegue hasta este punto, y sin embargo, sea solamente casi un cristiano? ¿Qué más, se necesita para ser completamente un cristiano?"

Yo respondo, Primero, que sí es posible llegar hasta este punto y ser nada más que un casi-cristiano. Esto lo aprendí no solo por la Palabra de Dios, sino también por la experiencia.

 

12. Hermanos, grande es mi audacia al hablar a ustedes este asunto. Y perdónenme esta falta, si yo declaro mi propia locura desde las azoteas, por causa de ustedes y del evangelio. Permítanme, entonces, hablar libremente de mi propia persona. Yo estoy dispuesto a humillarme y hacerme más vil para la gloria de Dios.

 

13. Yo mismo llegué hasta este punto y viví así por muchos años; diligentemente evitando toda maldad, para tener una consciencia completamente limpia. Redimiendo el tiempo, usando toda oportunidad para hacer bien a todos los hombres, constantemente usando todos los medios de gracia tanto públicos como privados. Esforzándome para actuar con seriedad en todo, y Dios es mi testigo, hacía yo todo esto con la mayor sinceridad, con un verdadero deseo de servir a Dios, para llegar a la vida eterna. Sin embargo, mi propia consciencia me dice, movida por el Espíritu Santo, que durante todo ese tiempo yo era solamente un casi cristiano.

 

 

 

 

CASTILLO FUERTE ES NUESTRO DIOS, Himno De La Reforma

Martín Lutero, el líder de la Reforma Evangélica o Protestante, escribió la letra y la música del famoso himno “Castillo Fuerte es Nuestro Dios”, que se constituyó en el Himno Lema de la Reforma.

Lutero cantando y tocando el laúd junto a su familia.


Lutero era músico desde la cuna. Como niño tenía una voz esplendorosa para cantar. Su entretenimiento favorito era tomar su laúd (instrumento de cuerda) todos los días después de haber comido y apartarse por media hora para tocar y cantar.” Mientras él estaba estudiando en una escuela del Monasterio Franciscano siendo muy joven, muchas veces usó su magnífica voz para cantar frente a las ventanas de los ricos de aquella época con el fin de obtener limosnas y poder dárselas a los pobres. Lutero exclamaba: “A quien no le guste la música, nunca podrá ser mi amigo.”

Él dijo que la música era un “don (regalo de Dios) y una gracia de Dios y esto podía hacer huir a Satanás y hacer que el hombre olvidara todo enojo”. Su deseo era componer himnos para que el mensaje de Dios fuese propagado por medio del canto. El deseaba que todos sus compatriotas tuviesen himnos y leyesen la Biblia en su propia lengua. Al leer la Biblia oirían la voz de Dios y al cantar himnos, ellos hablarían con Dios.

Antes de Martín Lutero, la música era usada solamente por los sacerdotes de las iglesias o coros selectos en latín. Pero el gran Reformador introdujo al mundo la himnología congregacional. El primer himnario evangélico o protestante fue publicado en Wittenberg, Alemania, en 1524. Este libro tenía  tan sólo 8 himnos, 4 de ellos escritos por Martín Lutero.

En poco tiempo la demanda de este libro fue grande. La gente aprendió y cantó los himnos con mucho entusiasmo y Alemania llegó a ser un “mar de cantos”. En esta forma, Martín Lutero vino a ser aceptado y reconocido como el padre de la himnología congregacional.

Es rara la vez que se encuentra un individuo como Lutero que escriba la música y la letra de sus himnos inspirados. De sus 37 himnos, el más conocido es “Castillo Fuerte es Nuestro Dios”. Tiene un mensaje que posee virtud, gracia y eficacia, toda la Iglesia Evangélica o Protestante lo ha cantado desde esa fecha hasta hoy día.

Mientras Lutero vivía, sus enemigos decían que toda Alemania estaba aceptando y aprendiendo sus doctrinas por medio de sus himnos. Acusaban a los himnos de ser los que “destruían más almas que aun los libros o sermones escritos por él”.

Castillo de Wartburgo donde Lutero se inspiró y escribió su famoso himno.


Se cree que fue durante el cautiverio en el castillo de Wartburgo que Lutero se inspiró y escribió este hermoso himno. Sus amigos lo llevaron y le escondieron en la fortaleza de Wartburgo para protegerlo de sus enemigos.

Lutero, seguía con la traducción de Los Salmos y compuso un tomo de sermones y una multitud de otros escritos. Por casi un año exhortaba, enseñaba, reprendía y tronaba desde un escondite en las montañas. Posiblemente encontró en aquel castillo un lugar de seguridad y ayuda, lo que le inspiró a escribir y a reflexionar en la seguridad y ayuda que Dios era para él.

Este himno entrega un mensaje de seguridad en tiempos de prueba por parte del enemigo de nuestras almas y es de gran aliento para aquellos trances difíciles de la vida. Martín Lutero se inspiró en el Salmo 46 para escribir el himno clásico de la Reforma Evangélica o Protestante “Castillo Fuerte es Nuestro Dios”.

Escuche el Himno Lema de la Reforma:

Himno "Castillo Fuerte Es Nuestro Dios" (Español):

Himno "Castillo Fuerte Es Nuestro Dios" (Inglés):

Tomado de la página de internet del ministerio radial "Cristo es tu ruta" de la República de Chile

Jesús Llamando A La Puerta, Por Mario DiazCeballos

En el libro de Apocalipsis encontramos el pasaje que dice “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.” (Ap. 3:20). Este pasaje se acostumbra usar en mensajes evangelísticos ya sean dados por evangelistas, pastores o creyentes que comparten el evangelio con la gente en general y con sus seres queridos en particular. Esto lo hacen para invitar a la persona que se está evangelizando a que acepte la invitación del Señor Jesús, que está a la puerta llamando para entrar al corazón de ellos y cenar con ellos, y así tener comunión con ellos.

 

Pero la verdad es que este texto esta lejos de está interpretación evangelística que se le da al pasaje. Lo que el pasaje realmente nos dice es que Jesús está hablando a Su iglesia, a cada uno de nosotros. Está hablando a todos aquellos que nos consideramos cristianos, hijos de Dios. Este pasaje es un llamado al arrepentimiento que todos los hijos e hijas de Dios tenemos que hacer porque nuestra vida cristiana está muy lejos de lo que realmente tiene que ser. Es un llamado al arrepentimiento porque hemos permitido que nuestro corazón se ponga tibio. No somos calientes ni fríos sino tibios dice el Señor, creemos que estamos bien porque vamos a la iglesia un día a la semana, un día cada dos semanas, una vez al mes. Creemos que estamos bien porque diezmamos y ofrendamos cuando tenemos tiempo para ir al templo o nos sobra algo de dinero. Creemos que estamos bien porque un día hicimos la oración de fe y aceptamos a Jesús en nuestro corazón y somos salvos. Pero la verdad es que la mayoría de nosotros, que hicimos la oración de fe, no sabemos de qué somos salvos. No sabemos lo que es Expiación, Justificación, Redención, Santificación, nunca hemos leído toda la Biblia o al menos un libro completo de la Biblia a pesar que tenemos años o décadas que nos consideramos cristianos y asistimos a una iglesia.

 

Es un llamado al arrepentimiento porque hemos dejado que las malas enseñanzas guíen nuestras vidas espirituales. Ya seamos pastores u ovejas consumimos la misma mala dieta espiritual. Hoy día todo lo aceptamos en el nombre de la unidad, la contextualización, el multiculturalismo, el iglecrecimiento, el “espíritu santo,”  la “unción,” los apóstoles y profetas, y muchas modas más. La verdad es que vivimos y ministramos en apostasía, hemos abandonado la fe bíblica, nunca nos hemos detenido a meditar si realmente somos cristianos o cuasi cristianos. Si vivimos el evangelio del Señor Jesús o un cristianismo secularizado, paganizado donde los pastores para traer gente a la iglesia  traemos ídolos (cantantes populares, cómicos) el circo, o carnavales a nuestros servicios y predicamos mensajes que titulamos “Que nos dice el Coran de la Biblia” “Tu mejor vida hoy” “Una vida con propósito” “Se el líder de éxito que Dios quieres que seas” “Seamos una iglesia misional.”

 

El pasaje es un llamado al arrepentimiento porque nuestros mensajes en la iglesia son antropocéntricos y no Cristo céntricos. La gran mayoría de nuestras enseñanzas en la iglesia es que nosotros los humanos somos el centro de todas las cosas en este mundo y en la iglesia. Que Dios realmente es nuestro mayordomo, nuestro mozo y esta para responder a todas nuestras peticiones. El nos ama tanto que El esta para hacernos ricos, poderosos, llenos de éxito, con perfecta salud  para así disfrutar nuestra mejor vida hoy.  Viviendo como el resto del mundo teniendo la misma tasa de divorcio en la iglesia que la que tiene el resto del mundo, andar en adulterio y fornicacion igual que el resto del mundo, ser adictos a los placeres igual que el resto del mundo, ser indiferentes a los mandamientos de Dios como el resto del mundo. Pensamos que cuando menos nosotros los cristianos tenemos el pretexto de que no podemos cumplir los mandamientos y que Cristo los cumplió por nosotros así que ni siquiera tratamos de cumplirlos y como ignoramos realmente lo que la Biblia dice, no hay culpa. ¡Vivamos y comamos que mañana moriremos! (Ummm... ¿donde escuche esto?).  Vivimos como si en la Biblia no estuviera este mandamiento, “Como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia; sino, como aquel que os llamo es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.”

I Pedro 1:14-16

 

"El Pasaje es un llamado al arrepentimiento porque nuestros mensajes en la iglesia son antropocéntricos y no Cristo céntricos"

 

 Así que nuestros “alabanza” y “adoración” lo refleja cuando cantamos, ¡yo necesito!, ¡yo quiero!, ¡yo deseo!,  ¡pobre de mi! ¡yo! ¡yo!  Pongamos atención a lo que cantamos en nuestras reuniones, nunca o casi nunca son cantos dedicados ¡Solo a Dios!, ¡Solo a Jesús!, ¡Solo a Su Gloria!, ¡Solo a Su Majestad!, ¡Solo a Su Bondad! ¡Solo a Su Gracia!, ¡Solo a Su voluntad! Cantos que exalten a  Jesús Cristo que El solo merece ¡la gloria!

 

Este pasaje es un llamado al arrepentimiento porque nuestro mensaje en la iglesia es humanista y no bíblico. Confiamos mas en lo que los “expertos”, los “profesionales” dicen que en lo que la Biblia dice. Nuestro mensaje esta lleno de psicología supuestamente cristiana, aunque realmente no existe una psicología cristiana. Lo que tenemos es psicólogos que profesan ser cristianos y esto supuestamente hace que su psicología sea “cristiana”, el resultado es, que confiamos mas en ellos, que en el poder de la Palabra de Dios para transformar la vida de la gente. Con nuestros labios confesamos que si pero con nuestros corazones tibios y nuestros hechos pecaminosos negamos que “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra” II Timoteo 3:16-17

 

 Es un llamado al arrepentimiento porque hemos hecho una iglesia afeminada, con un mensaje afeminado y un salvador afeminado. Todo es amor, todo es gracia, no podemos hablar del pecado y del castigo eterno, el infierno, porque este es un mensaje duro, que esta fuera de época. Tenemos temor de predicar acerca del pecado y del infierno porque podemos vernos como hombres y mujeres que “juzgamos.”  Siervos y siervas que estamos desconectados fuera del mundo en el que vivimos que es inclusivo, multicultural, progresivo. El mensaje que incluye pecado y juicio es visto como uno que aleja a los “buscadores”  de Dios.  En cambio tenemos un mensaje donde no hay que arrepentirse e invitamos a la gente a ser parte de la iglesia tal como esta, tal como es, sin cambiar, sin arrepentirse. Es un mensaje inclusivo, universalista por ultimo todos los caminos llegan a Dios. Dios es amor y gracia y de acuerdo a unos profesores de Fuller Theological Seminary y Cleremont Theological Seminary El salvara a todos aun a Judas y Satanás. El famoso pastor, autor  Brain McLaren dice que las declaraciones de Jesús referentes al infierno de fuego y  la destrucción del universo en la Biblia no son para después de la muerte sino que hablan de las históricas consecuencias de rechazar el mensaje del reino de Jesús que es reconciliación y la paz. (Brian McLaren’s inferno 3, Out of Ur, May 2006). Este mismo autor niega que el mensaje del evangelio de arrepentimiento y salvación que se ha predicado por 2000 años sea el mensaje de Jesús. Según McLaren el descifró el mensaje secreto de Jesús en los evangelios y este mensaje secreto de Jesús  es que El vino a empezar una revolución política, social, religiosa, artística, económica, intelectual y espiritual que dará nacimiento a un nuevo mundo. (Brian McLaren, The Secret Message of Jesús, p.4) Por la influencia de autores similares a McLaren, que promueven los movimientos posmodernistas, emergentes, y misionales dentro de la iglesia, hoy día hay un mayor énfasis en las denominaciones cristianas evangélicas por la justicia y reconciliación. Por supuesto que no es malo si es que fuera un movimiento bíblico que no nos llevara cada día a ser mas socialmente liberales, ecuménicos, universalistas, místicos, contemplativos y aceptar el movimiento progresista a favor del homosexualismo y lesbianismo.


"Todo es amor, todo es gracia, no podemos hablar del pecado y del castigo eterno, el infierno, porque este es un mensaje duro, que esta fuera de época".

 

Es un llamado al arrepentimiento porque la gran mayoría de los llamados siervos de Dios andamos buscando fama, fortuna y poder a toda costa sin importarnos que es lo que enseñamos, que es lo que predicamos y cual es el ejemplo que damos. Andamos buscando métodos como el de  G12, Iglesia con Propósito, Conferencias, radio, libros, modas. Todo esto para satisfacer nuestros egos y poder decir que tenemos éxito.  Pero de que nos sirve pastorear o ser miembro de una congregación de éxito si los miembros son igual que nosotros tibios e indiferentes a la voluntad de Dios. Miembros que no saben de que son salvos o que tienen un falso evangelio, con todo y hayan hecho la confesión de fe. Esta confesión de fe a la que invitamos a repetir a la gente solamente les da una seguridad falsa y la prueba es que no vemos ningún fruto en ellos por muy optimistas que seamos, viven igual que cuando eran “inconversos” la diferencia es que ahora son religiosos que vienen  a la iglesia cuando tienen tiempo y que creen que van al cielo pero no saben porque.

 

Quizás digamos como es esto si mi gente esta llena de fuego, de unción, danzan en cada reunión, hablan en lenguas, hacen obra social, ayudan al pobre, hablan de justicia y reconciliación, declaran libertad a los endemoniados y sanan a los enfermos. El templo esta lleno cada domingo ¿como puede ser esto? y el Señor nos responde, “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.” Mateo 7:21-23

 

La realidad en la gran mayoría de los casos es que tienen un evangelio falso, si les preguntamos de que los salvo Dios, sus respuestas son: ¡Dios salvo mi matrimonio, estábamos apunto de divorciarnos! ¡Dios sano a mi hijo o hija, Familiar y desde entonces vengo a la iglesia! ¡Dios me saco de la bancarrota! ¡Dios me libro del alcohol, la droga! ¡Dios restauro mi vida! Todo esto es bueno y sabemos que toda buena dadiva viene de Dios, pero la verdad es que nunca se han arrepentido de sus pecados, la gran mayoría sigue creyendo que son buenos, merecedores de los regalos de Dios. Nunca han hecho ante Dios la confesión de sus pecados y pedido misericordia para sus vidas, nunca han sentido la necesidad de arrepentirse de sus obras de iniquidad, nunca han sentido la necesidad de un salvador por los pecados de sus vidas. Nunca han reconocido la obra redentora de Jesús Cristo en la cruz del calvario como el único sacrificio valido para su salvación. Según ellos están bien sin ningún problema yendo al cielo porque aceptaron a Jesús en su corazón y esto sin saber que significa. Para la gran mayoría no es su culpa porque escucharon un evangelio diluido predicado por nosotros los pastores para que no se asustaran y se fueran de nuestras congregaciones, les pintamos todo fácil, que solo tenían que aceptar a Jesús en los términos de ellos, al paso de ellos. Esto significa que no tenían que reconocer nada, dejar nada. Otras veces ni siquiera escucharon el evangelio diluido si no que escucharon otro evangelio igual de falso que el diluido, el evangelio del éxito, prosperidad, poder, sanidad física, la multiplicación, el evangelio social, etc.

 

Apocalipsis 3:14-21 Nos habla de la ultima parte de la historia de la iglesia antes que el Señor Jesús regrese y esta es la parte de la historia donde la iglesia esta sumida en apostasía es una iglesia que no esta esperando a su Señor porque la mayoría de sus miembros no creen que el Señor Jesús valla a regresar y los miembros restantes están tan confundidos que tiene temor de expresar su convicción bíblica acerca de la segunda venida de Jesús y los valores bíblicos por que son la minoría y porque la mayoría que se burla de la interpretación supuestamente tan cerrada que durante 2000 años los creyentes han profesado y declarado en sus credos y declaraciones de fe. La mayoría están ocupados estableciendo el reino de Dios aquí en la tierra  por medio de la reconciliación y la justicia derribando toda intolerancia, homofobia, desigualdad de clases, cultura y sexo. Para establecer un reino donde el verdadero amor se manifieste.

 

El Señor Jesús esta a la puerta de la iglesia, esta ante nosotros. ¡Nosotros somos la iglesia! El esta tocando a nuestra puerta. Este pasaje es para nosotros que despertemos del letargo religioso en el que estamos, para que seamos siervos que regresemos a las Santas Escrituras, no cobardes pastores asalariados que tenemos temor de perder lo que tenemos, y que andamos en búsqueda de un éxito que nunca se nos reconocerá.  O bien somos siervos y siervas que por un par de horas calentamos una banca los domingos y que salimos del templo tal como entramos, tibios indiferentes a la voluntad de Dios. Somos siervos que tenemos temor de predicar el evangelio como esta en la Biblia y tal como lo recibimos, de una gran nube de testigos que lo vivieron, lo predicaron y muchos de ellos dieron su vida diciendo como el apóstol Pablo, “Porque no me avergüenzo del evangelio, que es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al Judío primeramente, y también al griego.” Rom. 1:16

 

Queridos hermanos no nos avergoncemos del Evangelio, prediquémoslo, vivámoslo y estemos dispuestos a morir proclamándolo.

 

Señor ten misericordia de nosotros, perdónanos todos nuestros pecados y permítenos volver a la senda antigua, aviva nuestro corazón, que podamos comprender tu glorioso evangelio y que no nos avergoncemos del el. Ayúdanos a predicarlo con valor, diligentemente y sobre todo con tu bendita unción. A tiempo y fuera de tiempo, hasta el ultimo suspiro de nuestras vidas o si es tu voluntad hasta el día glorioso de tu venida.

En tu nombre Señor Jesús oramos, porque tuya es la gloria y el imperio por los siglos de los siglos, Amén.  

 

Pastor Mario DiazCeballos